En estos días de cuarentena, tenemos mucho más presente el hecho de que nuestros seres queridos pueden faltar. Aún si la causa de su “salida” del mundo físico se debe a causas naturales por efectos de la edad, usualmente no estamos listos para afrontarlo.
Ellos pueden regresar al mundo espiritual al cual todos pertenecemos y esto puede generarnos confusión y angustia.
Me surgió una pregunta: ¿Qué decirle a una persona que pierde a su padre, madre, hermano (a) pareja, etc? Se me viene una palabra a la mente: fluir.
La partida de un ser querido nos pone de manifiesto nuestra propia levedad, nuestro propio instante. Nos muestra cómo todo cambia, como todo fluye, como todo llega de una u otra forma.
Déjame decirte que los seres humanos escogemos, sí como lo oyes, escogemos el momento de regresar al hogar y además escogemos el cómo. De la misma forma que planeamos nuestro ingreso a este mundo físico, escogimos nuestros acompañantes terrenales, cómo y dónde naceríamos, quienes serían nuestros padres, hermanos amigos, guías y maestros, planeamos la salida.
En inglés, para decir que una persona murió, se dice “pass over”. Me encanta esta forma de decirlo porque significa “pasar el umbral”, volver a casa.
Lorna Byrne dice que cuando estamos listos para nuestro regreso, vienen por nosotros miles de ángeles, como haciendo un camino de honor para nuestro regreso. También sabemos que la transición es placentera, apacible y sumamente amorosa.
Volver al hogar es renacer, es volver a vernos libres de nuestras ataduras físicas, salirnos del vehículo en el que nos montamos para poder hacer nuestros aprendizajes y recobrar nuestra esencia completa.
Es ver desde el amor y desde el perdón todo lo que hicimos.
La verdad es que en algún momento de nuestra historia este regreso podría ser visto con regocijo. De hecho, en algunas culturas actuales, así lo ven.
A veces nosotros no lo vemos así porque estamos pensando en nosotros mismos, en lo que nos falta, en lo que nos queda por vivir, en lo que cambia. Nos aferramos a lo conocido y nos asusta el porvenir. Y eso está bien, solo recuerda que la luz sigue allí aunque no puedas verla, que tu ser querido está bien, realmente bien y dispuesto a acompañarte en esta etapa de tu vida hasta que puedas ver desde el fondo de tu corazón que todo está en orden.
Hasta que puedas retomar tu camino en paz.
Recibe un abrazo de luz,
Yorumlar